"Cada viaje es un sueño que guardo en el baúl, para no olvidarlo y para encontralo siempre."

14 de septiembre de 2011

Km 5: Alpes. Agosto. Interlaken-Chamonix: 436km




Amanece con buen tiempo, tomamos un café con Sybille, hoy parece que si toca desayunar aunque sea un café solo bebido; nos vestimos como cada día de romanos y nos despedimos de nuestra anfitriona. Es bonito descubrir que en el mundo la mayoría de la gente es buena y esta dispuesta a ayudarte a cambio de una sonrisa o de una rato de conversación distendida. Gracias amiga.

Después de la rutina diaria de meter las bolsas en las maletas,decirle a GPS a donde queremos ir, ponemos rumbo a Berna por la autopista.

La idea para hoy era conocer Berna y Lucerna, pasar por Liechtenstein y así conocer unos de los países más pequeños de Europa y dormir en algún sitio próximo al Stelvio que queríamos subir al día siguiente.

El camino a Berna es ... autopista, que más se puede decir, aunque por suerte en Suiza de vez en cuando las vistas desde la autopista son preciosas, no dejan de ser aburridas.

Entramos en Berna dejandonos guiar a medias por el GPS y la otra mitad por las indicaciones de "Zentrum" aparcamos en frente de la embajada de EEUU, seguro que no hay sitio más seguro en toda la ciudad para dejar las motos.

Berna es bonita, y aunque las calles del centro están de obras disfrutamos de la visita.




Como nuestro desayuno ha sido bastante frugal entramos en un supermercado a comprar una tableta de chocolate, estamos en Suiza!, una bebida de té y algo de pan para la comida. El chocolate dura un rato, hasta que llegamos a un parque.

Después de esa rápida visita enfilamos las motos rumbo a Lucerna, también por autopista, pero esta vez es la autopista la que esta de obras y además con mucho tráfico.

Poco antes de Lucerna paramos en un área de servicio con vistas al lago Sempachersse donde damos cuanta de unos bocatas que serán nuestra comida.

Aquí empieza a chispear, lo cierto es que desde que salimos de Berna vemos nubes negras en el horizonte y las informaciones meteorológicas dan agua por la zona, por la zona de Stelvio también dan agua para los próximos días, y por lo que vemos parece que no se han equivocado. Aunque estemos a casi 300 km de nuestro destino creemos que es el momento de tomar una decisión.

Y la decisión es sencilla, solo hay dos opciones: una arriesgar, tirar para la zona de Stelvio y ver como evoluciona el tiempo, si se puede hacerlo y empezar a volver por donde haga algo mejor. La segunda, darnos la vuelta, si el tiempo lo permite acercarnos a la zona de Grenoble y sus puertos míticos o ir viendo sobre la marcha.

Y decidimos rápido: media vuelta. A los dos nos jode, sabemos pueden pasar muchos años hasta que volvamos a estar aquí, pero las previsiones son más que malas y lo más probable es que nos mojemos hoy para tener que darnos la vuelta mañana también bajo la lluvia.

Así que seguimos rumbo a Lucerna, el que nos vayamos a dar la vuelta no significa hacerlo ya.

Como somos gente que siempre busca la seguridad, aparcamos al lado de una comisaría de policia justo en el centro; y nos aprestamos a dar una vuelta.




Lucerna tiene un centro precioso, lo más significativos son dos puente medievales, aunque los edificios y calles aledañas también son dignos de visita.





Después de un tranquilo paseo y con el cielo cada vez más negro hacia el este, cosa que nos reafirma en nuestra decisión o al menos hace que no le demos muchas vueltas en la cabeza, subimos a las motos para deshacer el camino hecho, nuevo rumbo: Chamonix.

¿Porque Chamonix?, pues por un lado porque llevamos unos 170 km y hasta allí solo hay unos 290, lo que nos da un total de unos 450 km, mayoritariamente por autopista, distancia más que asequible. Ir hasta la zona de Grenoble es mucho, son las tres de la tarde más o menos y no tenemos tiempo material de llegar a buena hora.

Por otro porque nos quedamos sin verlo el día que salimos de Séez por la lluvia, y no es bueno dejar las cosas a medias.

Y por ultimo, porque a mi me apetece, he estado dos veces en Chamonix para hacer montaña y se que las vistas del macizo de Mont-Blanc desde allí son impresionantes, me apetece volver a verlas y que mi compañero las conozca. Además que narices es mi cumpleaños y celebrarlo en Chamonix me va atraer gratos recuerdos, sería mi segundo cumpleaños allí y el primero fue muy especial.

Así que salimos de nuevo a la autopista de dejamos que vayan pasando los kilómetros. El tiempo es regular y nos caen cuatro gotas un par de veces, pero parece que la autopista va esquivando las tormentas. ¿Cuanto aguantaremos sin mojarnos?

Llegamos a Martigni y por fin dejamos la autopista para coger el puerto de la Forclaz, impresionante en sus primeros km, y entramos en Francia. la carretera es mala y a ratos esta mojada, hay mucho tráfico y el cielo esta más que cubierto. Hoy no vamos a ver nada, una pena.

La llegada a Chamonix es como meterte en Benidorm en agosto, una locura. Después de una vuelta rápida para ver que aparcar en el centro o cerca va a ser imposible decido ya se donde aparcar ... al cementerio, y allí debajo de un árbol dejamos las motos, vale hay un parking a la entrada, no metemos las motos entre las tumbas.

Ahora toca buscar alojamiento, y la cosa es complicada, en todos los hoteles nos piden sobre los 90€ por una habitación doble, y eso no estamos dispuestos a pagarlo, sabemos que si seguimos unos km y nos alejamos de tan turístico lugar encontraremos sitios por bastante menos. Pero ya que estamos miraremos un par de sitios más y de paso daremos una vueltecita por el pueblo.

Y lo encontramos, en una calle que sale de la calle principal hay un bed&breakfast en el que nos dan cama y desayunos por algo menos de 60€, eso esta mejor.

Salimos a buscar las motos, no se muy bien como negocio Koldo la cosa, pero tenemos 10  o 15 minutos para llegar con las motos y los bultos o nos quedamos sin habitación ... ni idea de porque no nos la cobro y punto. Y claro, no todo iba a ser fácil, llegar al cementerio no tiene problemas, pero si empieza a caer el diluvio universal la cosa se complica, y el diluvio cayó.

Nos refugiamos en los soportales y debajo de los toldos de las tiendas, solo salimos cuando "cae menos", pero aún así y vestidos de moteros llegamos chorreando a las motos, y empapados a nuestro alojamiento. Aunque por suerte a llegar deja de llover.

Mirando al Mont Blanc desde Chamonix

Y toca buscar aparcamiento, justo detrás esta el parking de un supermercado y fijo que algún hueco encontramos, según entro veo una moto aparcada y el sitio justo para meter la mía, justo cuando empiezo a maniobrar llega el dueño y me dice que en un segundo la saca y así entro mejor, es español y cuando aparco nos ponemos a hablar, resulta ser un forero del bmwmotos.com y además al que te acaban llevando tarde o temprano la mayoría de las rutas por los alpes que por allí pululan, es Stelvio un magnifico conocedor de la zona, aparte de una buena persona.

Así que empezamos a charlas de las rutas que hemos hecho los días anteriores y lo poco claro que tenemos para los los siguientes, porque la meteo no esta para muchas alegrías, y nos fabrica una ruta sobre la marcha, yo apunto en un papel las indicaciones que me parecen más importantes, rezando para ser capaz de organizar todo aquello en la habitación antes de que mi memoria de pez lo olvide.

Después de un rato de charla bajo un suave lluvia nos despedimos, cosas como esa me reafirman en la idea de que la mayoría de la gente es buena y dispuesta a ayudarte, solo que los malos salen más en las noticias.

Una ducha y a buscar donde cenar, es mi cumple y hay que celebrarlo, una fonfue y unas cervezas serán nuestra cena, otra cerveza nos acompañara en el salón de bed&breakfast mientras pasamos a limpio la ruta recomendada por el amigo Stelvio.

Estamos en la capital mundial del alpinismo y las motos bajo la ventana, tenemos una ruta para el día siguiente por una zona con baja posibilidad de lluvias y soy un año más viejo.


¿Se puede pedir algo más?

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