El desayuno es rápido: un café y unas galletas. La despedida de la gente que nos ha acogido esa noche también, nunca es bueno alargar los momentos tristes. En mi corazón siempre habrá un recuerdo y mucho agradecimiento para ellos.
El día es bonito, la temperatura aún fresca y las calles de Grenoble están medio vacías. Nuestro primer destino el mítico Alpe-d'Huez.
Salimos por una nacional con buen asfalto y como somos nosotros nos liamos en el primer pueblo que tenemos que atravesar. Bueno la culpa no es solo nuestra, andan de obras y tenemos que coger un desvío lo que hace que nos desviemos más de lo debido, nada que una rápida ojeada al mapa no arregle y ponemos rumbo al que será nuestro primer puesto alpino, ¡que ilusión!.
El Alpe-d'Huez no nos acaba de gustar, mucha pella sin peraltar y pocas vistas. Yo subo leyendo los nombres de cada curva, porque en el Alpe-d'Huez cada curva tiene el nombre de un ganador en su cima. Y no se si es por eso, o porque es el primer puerto o ... pero la subida no me gusta. Llegamos a la cima sin pena ni gloria, un par de fotos y para abajo.
Alpe-d'Huez |
Bueno solo es el primero, fijo que la cosa va mejorando y claro que mejora y mucho, por una rápida carretera nos dirigimos al Col de Lautaret, es una subida rápida y muy abierta, las vistas empiezan a ser lo que uno espera de los Alpes.
Camino del Col du Lautaret |
Vemos un desvio que marca Col du Galibier y lo cogemos, la carretera se estrecha el pasaje cambia, desaparecen los árboles para enseñarnos a lo lejos allí arriba la cima del puerto, que gozada, esto es lo que no espera de un puerto mítico: ¡¡diversión!!, así sin más adjetivos nos lo estamos pasando bien.
Subida al Galibier |
El Galibier se puede pasar por dos sitios, por un túnel que te ahorra el ultimo km, o por arriba. Como somos nosotros y hemos venido a subir puertos la decisión es clara: ¡Por arriba! y yo casi me caigo. Ese ultimo km es de carretera mucho más estrecha aún, con una pendiente endiablada y unas paellas muy cerradas, por desgracia ese día y en ese momento tenemos delante a un gañan con cuatro ruedas que no tiene otra idea que pararse (o casi) en medio y mitad de la subida ... y ¿sabéis lo complicado que resulta parar una moto en medio de una paella de esas? ... pues es imposible, porque no puedes apoyar el pie del interior ... entre el peralte y la pendiente no llegas. Así que toca hacer equilibrios tipo trial y moverte a 1 para evitar la caída, por suerte la evitamos y llegamos a la cima medio vacía ... 5 minutos después se lleno, pero da igual los paisajes sin increíbles, el tiempo perfecto y tenemos una sonrisa de oreja a oreja, si esto son los Alpes nosotros nos queremos quedar aquí para siempre. Es el tercer puertos del día, y aún nos quedan .... ¡¡¡todos los Alpes!!! lo que vamos a disfrutar.
La bajada es igual de gozosa que la subida, estos puertos son para hacerlos dos veces subirlos y bajarlos por las dos caras a ver cual mola más, pena que no tenemos tiempo.
Una vez terminado de bajar el Galibier, corta muy corta subida al Telegraphe y seguimos bajando hacia St-Michel-de-Maurienne donde repostamos en un Carrefour y ya que estamos compramos algo de pan y de queso para comer ... comemos a la misma puerta de supermercado, y sin más salimos a buscar los siguientes Cols del día, tocan la Croix de Fer y el Glandom, son dos puertos en uno porque desde la cima de la Croix de Fer al Glandom no bajas solo subes un par de km. la subida es ... preciosa, ni más ni menos que las anteriores, porque aquí hay dos tipos de puertos los que molan y los que son una pasada, increíbles, alucinantes y que dejan una huella imborrable.
Croix de Fer |
De estos ultimos hay pocos y no lo son tanto porque sean mucho mejores, sino más por cosas muy subjetivas como tu estado de animo, la luz, las nubes o el que hayas pillado o no tráfico en el lugar menos adecuado.
En la cima de Glandom hay un puesto de la Gendarmerie que esta haciendo una campaña de seguridad para los motoristas.
Glandom |
¿Te piden la documentacion y las lamparas de repuesto? pues no.
Te saludan amablemente y como ven que eres Español llaman a un compañero que habla (algo) tu idioma, los demás se esfuerzan con el inglés o en el internacional lenguaje de los signos. Te preguntan que tal el día, se interesan por al ruta que has hecho y la que vas a hacer, te miran con una sonrisa picara cuando dices que has pasado el Galibier y te dicen que al día siguiente lo vas a disfrutar cuando les comentas tus planes de ruta. Te muestran el paisaje que se ve desde la cima y charlan un rato de cualquier cosa.
Mont-Blanc desde el Glandom |
Después te enseñan airbags para moto, te regalan un par de bolis, las normas de circulación francesas, toallitas para limpiar la visera y un caramelo, te desean buen viaje y que tengas cuidado con una sonrisa cuando te despides. Justo como aquí en las campañas por nuestra seguridad vamos.
La bajada es también espectacular y divertida, el día sigue siendo bueno, y aunque empezamos a estar cansados aún nos quedan unas pocas, que coño muchas, ganas de marcha cuando uno lo pasa bien no quiere que esto se acabe.
Volvemos a pasar por St-Michel-de-Maurienne y cogemos la D-902 dirección al Col de L'Iseran: increíble, espectacular, alucinante, infinito, majestuoso, ... este es uno de los puertos en el que se te acaban los adjetivos, posiblemente no sea ni más bonito, ni con mejores curvas, ni más nada que otros, pero si tuviese que elegir que tres puertos de Alpes repetir, sin duda este estaría entre ellos.
Son 2.770 m de altitud, 2.770m de disfrute motero, 2.770m exquisita subida. A los dos nos encató y nos dejo tan buen sabor de boca que a punto estubimos de intentar repetirlo a la vuelta, si la meteo hasta ahora amable hubiese sido otra ...
Col de L'Iseran |
Vistas desde L'Iseran |
La bajada es como la subida pero para abajo, una gozada, ganas dan de volver a subirlo solo por el placer de hacerlo, pero las horas corren y en Francia no puedes buscar alojamiento a las nueve de la noche, porque con suerte duermes al raso. Así que pasamos por el Val de Isere (aquí esta la famosa estación de esquí del Espace Killy) y encontramos un lugar con parking gratis para motos a los pies del Petit San-Bernard en un pueblecito llamado Séez.
Son algo más de las seis de la tarde y llevamos en pie desde hace doce horas y más diez en la moto parando solo a hacer cuatro fotos y un ratín para comer; comprendemos que aqui las distancias y las horas hay que medirlas distinto, 375 km son una buena paliza en moto. Lo tendremos en cuenta para otros días ... o no.
Nuestra primera intención es cenar de sentados un plato caliente, pero el hotel tiene sillas y mesas en el jardín, la temperatura es fantástica y cenar de restaurante es caro, así que en un super pillamos algo de queso, me encanta el queso francés (bueno y el no francés también), un par de birras de medio litro y 9º de alcohol,un par de pasteles típicos de la zona y sacamos algo de embutido que llevamos en las motos.
No se si fueron las cervezas o la acumulación de sensaciones de día, o que cuando se esta bien: se esta bien, pero la cena transcurrió entre risas a veces sin razón aparente ... o si.
Lo estamos pasando bien, muy bien. No hemos tenido más problemas que equivocarnos en algún pueblo y dar media vuelta a encontrar el camino bueno, somos dos amigos en un pueblo perdido en mitad de los Alpes con 7 días por delante de diversión motera, el tiempo es bueno y las motos duermen en el garaje.
¿Se puede pedir algo más?
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